Cada familia es un mundo o eso dicen, ¿no?
Una familia puede estar formada de muchas maneras, ya sea por dos adultos, por dos adultos y un niño, por un adulto y un niño… muchas combinaciones posibles.
A lo que me vengo a referir es que en cada hogar los gastos e ingresos son totalmente distintos y lo que en un hogar sirve para ahorrar, no sirve en otro.
Es decir, que puede que en tu familia podáis ahorrar gastando menos, por ejemplo, en la compra de utensilios del hogar, mientras que tu vecino puede ahorrar disminuyendo el consumo de la luz.
Pero, antes de entrar en detalles, quiero dejarte una definición de qué es la economía familiar:
«La economía familiar o economía doméstica es el conjunto de ingresos y gastos que se ocasionan dentro de una unidad familiar»
Ahora que sabemos qué significa la economía familiar, empecemos con el artículo 😉
Si lo prefieres, te dejo el post en formato vídeo a continuación:
Una de las normas no escritas para el ahorro es hacer un presupuesto.
¿Por qué es necesario?
Pues porque muchas veces ni siquiera sabemos realmente cuánto nos gastamos al mes y en qué se nos va el dinero. Y eso es un grave error.
Para hacer un presupuesto en primer lugar debemos conocer profundamente nuestra economía, es decir, cuánto ingresamos y cuánto gastamos todos los meses, en definitiva, un plan de ahorro familiar.
Te voy a explicar cómo hacer un plan de ahorro familiar:
Debemos conocer exactamente cuánto dinero entra en el hogar todos los meses. Esto puede venir de los sueldos, pensiones, alquileres, beneficios de las inversiones, de alguna ayuda del Estado o de cualquier otro ingreso que entre en casa.
Este dato es el que suele costar averiguar un poco más. Debemos hacer una lista de los gastos fijos mensuales que tenemos: hipoteca o alquiler, luz, agua, comida, seguros, gasolina…
Una vez tengamos estos gastos fijos, debemos tener en cuenta los gastos variables, por ejemplo, el ir a cenar con los amigos un fin de semana, o algún imprevisto como que se estropee la lavadora.
Hay que tenerlo todo en cuenta para conocer el margen de maniobra que tenemos todos los meses.
Una vez tenemos claro los ingresos y los gastos, es hora de compararlos. Lo haremos con una sencilla operación: ingresos – gastos.
El resultado será nuestra capacidad de ahorro o «margen de maniobra».
¿Qué haremos con esa diferencia?
Pues bien, de ese dinero que «nos sobra», una parte (como mínimo el 10%) irá para ahorrar y no pararemos hasta tener ahorrado un colchón de seguridad que sea, como mínimo, el equivalente a 3 meses de ingresos.
Una vez tengamos nuestro colchón de seguridad, aquel dinero que nos sobre después de ahorrar ese 10% como mínimo podemos gastarlo en algún capricho o podemos destinarla también para el ahorro, eso ya es decisión de cada uno.
Una vez tengamos nuestro plan de ahorro familiar, existen una serie de «truquitos» para ahorrar un poco más en nuestros gastos.
Te voy a proponer algunos muy útiles, aunque hay muchos más:
Otra de las cosas que hay que tener en cuenta en las familias que tienen hijos, es su futuro. La mayoría de los padres se preocupan por qué pasará el día que sus hijos quieran ir a la universidad. Sabemos que los estudios conllevan muchos gastos y hay que estar prevenidos.
Si quieres saber más sobre las distintas opciones de ahorro para blindar el futuro de tus hijos y que puedan estudiar lo que quieran donde quiera, puedes leer este artículo donde te explicamos cómo puedes ahorrar lo necesario para asegurar el futuro de tus hijos.
Es normal que hacer un plan de ahorro familiar sea un poco lioso, y a veces, nos dé un poco de pereza hacerlo, pero te puedo asegurar de que te va a ayudar mucho a la hora de disminuir los gastos.
De todas maneras, si necesitas ayuda o quieres que te aconsejemos con tus ahorros, puedes reservar una Sesión Gratuita de Planificación Financiera en el calendario que aparece aquí abajo 👇