¿Cuántas veces has escuchado (o incluso dicho) la frase de «el dinero no da la felicidad»?
¿Pero realmente el dinero da la felicidad o no? ¿Somos más felices cuanto más dinero tenemos en la cartera?
Este es uno de los debates más comunes en torno al dinero y a las finanzas personales, así que voy a arrojar un poco de luz sobre el tema.
¿Empezamos?
Hay muchos estudios que han revelado que el dinero da la felicidad hasta cierto punto.
Y es que no se puede negar que cuando se llega a cierta cantidad de dinero, el tiempo libre y la libertad empiezan a tomar fuerza.
Lo que antes era una prioridad absoluta (ganar dinero) pasa a otro plano en el que empezamos a valorar el tiempo de ocio, el tiempo con familia y amigos, etc.
Las razones que explican por qué una buena salud financiera ayuda a alcanzar la felicidad son:
El dinero en sí no da felicidad, da tranquilidad.
Nos da la tranquilidad de estar respaldados ante imprevistos, la tranquilidad de poder pagarle a tus hijos los estudios que quieren, la tranquilidad de que vas a tener una jubilación sin preocupaciones…
Al fin y al cabo, la tranquilidad es felicidad y esa estabilidad emocional nos la da tener el dinero bajo control (sin deudas, con un colchón de seguridad, estar planificado correctamente para alcanzar los objetivos, etc.)
El dinero nos ayuda a cubrir las necesidades básicas como comida, vivienda, vestuario, etc. Es lo mínimo que necesitamos para tener cierto bienestar y, como la mayoría de cosas en la vida, suponen un desembolso económico.
Por supuesto, una vez cubiertas las necesidades básicas nos centramos en los siguientes niveles de la pirámide de Maslow, como las relaciones sociales o la autorrealización.
Pero, ¿quién es feliz sin tener dónde vivir o sin saber si hoy tendrá algo que llevarse a la boca? Tener cubiertas las necesidades básicas es primordial para ser feliz.
Vivimos en una sociedad capitalista y nuestro mundo gira alrededor del dinero, pero hay un aura oscura alrededor de él, un aura negativa que nos impide relacionarnos sanamente con el dinero y con los ingresos.
Desde pequeños nos enseñan a ahorrar pero no nos enseñan qué tenemos que hacer con los ahorros.
Además tenemos que sumar las viejas creencias limitantes que heredamos sobre el dinero como:
No hay más que mirar en la televisión y el personaje rico de la película suele ser una persona mala y la persona pobre es la buena. ¡Ejemplo más claro que ese no lo hay!
El dinero no es bueno ni malo, el dinero es una herramienta para conseguir lo que quieres en la vida.
En nuestra sociedad hay otra creencia limitante con el dinero que nos afecta y mucho.
¿Sabes cuál es?
Que el Estado nos solucione la vida.
¡Ojo! Con esto no quiero derrumbar el estado del bienestar ni mucho menos. Pero sí pongo el foco en la actitud pasiva que tienen muchas personas que se quedan esperando a que el Estado les garantice la jubilación, les responda ante situaciones económicas delicadas, etc.
Está muy bien vivir en un país en el que el Estado te respalde y te ayude pero ¡NO podemos depender al 100% de él!
Con esto te invito a actuar, que asumas la responsabilidad de tu futuro y empieces desde hoy mismo a ahorrar para tu jubilación (para que solo dependa de ti), a ahorrar para garantizar tu tranquilidad en situaciones inesperadas en la que te haga falta un dinero extra, a rentabilizar tu dinero para que el IPC y la inflación no se lo coma, y un largo etcétera.
Porque como dije antes, el dinero no da la felicidad, ¡el dinero da tranquilidad!
Aprender a gestionar el dinero es tener las riendas de tu vida y de tu felicidad.
Toma el control de tus finanzas y deja de depender del Estado, de los bancos o de las opiniones de los demás.
Si no sabes por donde empezar, ¡no te preocupes! Aquí estamos para ayudarte 😊
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